13 de septiembre de 2009

De vuelta a los escenarios

Tras el obligado paréntesis del verano, vuelve la emoción del teatro. Nuevos papeles, nuevos actores y viejos conocidos... y nuevo proyecto.

Este año la elegida es una obra desconocida (para mí) de Calderón de la Barca: Antes que todo es mi dama, siguiendo la adaptación y el montaje de Adolfo Marsillach. En mi opinión está muy alejada de esa gran obra maestra que es La vida es sueño, pero bien es verdad que una es un drama y la otra una comedia. Así que partiendo de esta diferencia, sólo nos queda disfrutar.

Lo mejor de la propuesta de esta temporada es el montaje. Algo así como dos obras en una o varias realidades paralelas. Me explico: por un lado, la obra de teatro; por el otro, el rodaje de una película sobre dicha obra.

Los papeles ya están repartidos, aunque aún queda alguno por definir. Y, de todos modos, siguiendo la tradición, alguno se caerá por lo que habrá que buscar deprisa y corriendo a un sustituto que superará con creces las expectativas del elegido inicial. Pero bueno, eso ya es adelantar acontecimientos.

Lo mejor de todo va a ser mi papel: sastre embarazada... Si es que cuando el director empezó a explicar el personaje ya me olía a mí que me tocaría. Eso sí, a ver cómo lo resuelvo porque de embarazos sé más bien poco, pues aún no me veo preparada en absoluto para ver cómo crece mi barriga hasta límites insospechados.

Y por otro lado está el inconveniente de convertirme en una persona "pachorrenta", que evade responsabilidades y se escaquea de las tareas en cuanto pueda. Con lo hiperactiva que soy...

En fin, el próximo jueves, primera lectura y esta vez ya con el texto moderno. Lo que sí está ya asegurado son las risas porque equívocos va a haber unos cuantos, al igual que participación del público, al que intentaremos hacer partícipes de este pequeño "hobby" que tenemos entre manos.

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